Es el año 1656, y reina en España Felipe IV de Austria, junto con su segunda esposa Mariana de Austria. Es una época convulsa en la que el Imperio español, ya en decadencia, se está desmoronando, con conflictos interiores, como las sublevaciones de Cataluña en 1652 o levantamientos en Andalucía por motivos económicos, o exteriores, como la guerra contra Francia e Inglaterra, que ansiaban repartirse las posesiones españolas.
En este contexto, el pintor sevillano Diego Rodríguez de Silva y Velázquez, recibe el encargo de pintar a la infanta Margarita Teresa, en ese momento única hija del Rey y su actual esposa, junto con toda su corte, aunque no la única hija viva de Felipe IV, que también tenía a María Teresa, de 18 años, fruto de su anterior matrimonio y a la postre reina de Francia con Luis XIV.