Por Jokin
El color de la caja: publicidad engañosa.
Azul invita a los artistas del azulejo a embellecer las paredes del Palacio Real de Évora. Cuando Manuel I el Afortunado, rey de Portugal, visitó el Palacio de la Alhambra, quedó cautivado por la imponente belleza de la decoración, formada por losetas de cerámica de procedencia árabe a las que llamaban “azulejos”. Aún fascinado por el esplendor del interior de la Alhambra, a su regreso a Portugal ordenó inmediatamente que las paredes de su palacio en Évora fueran decoradas del mismo modo. ¡Elige con cuidado tu estrategia para convertirte en el artista preferido del rey!
Esta es la introducción a un juego de estrategia abstracto y ligerito, de colocación de losetas, en el que hay que ir escogiendo y colocando cuidadosamente para buscar la combinación que al final de la partida nos dé más puntos.
Este es el aspecto que presenta una partida.
En primer lugar, cada jugador (entre 2 y 4) cogerá su tablero individual y un contador para los puntos. Después se pondrán, formando un círculo, los tapetes redondos que el juego llama “Expositores de fábrica”. El número de estos variará en función del número de jugadores; 5 para 2, 7 para 3 y 9 para 4. También se pondrá la loseta de jugador inicial. Empieza el último jugador que haya estado en Portugal (lo que me lleva a la pregunta de cómo lo harán cuando se juega en Portugal).
Ahora, antes de seguir explicando, hay que hacer una advertencia muy importante sobre los componentes del juego.
¡No importa lo apetitosos que puedan parecer, no son Sugus!
Hecha la aclaración, procedemos a explicar la secuencia del juego. Primero se sacan de la bolsa, de forma aleatoria, losetas para los expositores, cuatro en cada uno de ellos. Y en el centro de la mesa queda la loseta de jugador inicial.
El primer jugador, en el primer turno de cada ronda, elegirá uno de los expositores, se quedara con todas las losetas de un mismo color y las pondrá en su tablero, en el lado izquierdo (líneas de patrón). Las demás losetas de ese expositor se van al centro de la mesa.
Si elegimos ese expositor, podríamos coger las tres rojas o la negra. Lo que no cojamos se iría al centro de la mesa.
Cuando se cogen fichas se colocan, en una de las cinco filas disponibles de su tablero (las llamadas líneas de patrón), de uno, dos, tres, cuatro y cinco espacios o, si no se pueden (o no se quieren) poner, van a la zona llamada “suelo”, que dará puntos negativos.
A partir de ese momento, cuando un jugador vaya a escoger puede o bien coger un expositor y hacer lo mismo o coger todas las losetas de un mismo color del centro de la mesa y ponerlas en su línea de patrón. El primer jugador que haga eso se llevará la ficha de jugador inicial, para ser el que empiece en la siguiente ronda, pero ojo, que esta ficha ocupa una casilla de suelo y da negativos.
Así, se irán cogiendo y poniendo losetas, hasta que se coloquen todas las piezas y no queden, ni en expositores ni en la zona central.
Tablero del jugador.
Cuando se han terminado las losetas se pasa a la fase de Alicatado, que es cuando se puntúa. En primer lugar, se mira qué líneas están enteras, empezando por arriba, y de cada línea completa se pasa una pieza al color correspondiente (a la pared), se puntúa y se hace con la siguiente línea. Así se van calculando los puntos de cada fila (incluyendo los negativos que dé el suelo). Cuando se puntúa una línea, las fichas que no se colocan en la pared se vuelven a la caja. En este dibujo se entenderá mejor.
La roja y la celeste irían a las casillas de su fila. Las tachadas van a la bolsa. Las negras se quedan ahí hasta la siguiente ronda.
Esto es más fácil de entender que de explicar. Cuando en la fase de alicatado se completan líneas de patrón y mandan las fichas a la pared, hay que mirar si la ficha que se acaba de poner tiene alguna ortogonalmente adyacente (por estar puestas de antes). Si no tiene ninguna adyacente, da un punto. Y si tiene adyacentes, eso quiere decir que formará una o dos líneas, de modo que dará puntos por la longitud de las líneas nuevas que forme. Uf, ¿qué lío, no?
En realidad es muy sencillo, a ver si con este dibujo se entiende mejor.
Las tachadas se supone que estaban de antes.
En el ejemplo del dibujo. Completamos la fila de arriba con una amarilla (la 1), que como no tiene adyacentes nos da un punto de victoria. Completamos también la roja de la segunda fila (2), que al tener una adyacente en horizontal nos da dos puntos. Por último completamos también celeste en la cuarta fila (3) y hace una línea horizontal de tres puntos y una vertical de dos, con lo que la celeste nos da cinco puntos. Los puntos se calculan con cada ficha que se pone, de modo que se puede ir combando. En el caso de la imagen, si esa ronda hubiéramos puesto también una ficha negra en la fila de abajo de la pared, aprovecharía la celeste (pero no al revés, hay que seguir el orden). Sé que así explicado suena un poco lioso, pero es muy sencillo puesto en práctica.
Las casillas del suelo restan los puntos en ese momento y se vuelven a la bolsa, no se quedan.
Una vez hecha la fase de alicatado se comprueba si algún jugador ha completado una fila en su pared. Si es el caso, se termina la partida y si no, se juega una nueva ronda (de modo que una partida durará siempre cinco rondas como mínimo).
Cuando se acaba la partida, los jugadores ganan los puntos de bonificación; dos por cada fila, 7 por cada columna y diez por cada color del que hayan colocado las cinco baldosas en la pared. Las losetas de las líneas de patrón no suman nada. Se calculan los puntos y el que tenga más, gana la partida.
Para dos a cuatro jugadores. Duración estimada, entre media hora y una hora.