Hanabi es la palabra en japonés para “fuegos artificiales”, pero es también un juego de cartas cooperativo, de lógica y memoria, que consiste en organizar el más hermoso espectáculo de pirotecnia que sea posible (y no pegando fuego a las cartas, a poder ser).
El juego consta de un taco de cartas, numeradas del 1 al 5, y de cinco colores que representan cada uno de los distintos tipos de cohete. El objetivo es apilarlas por colores, del 1 al 5, y tener los cinco montones, de forma que encima del 1 verde va el 2 verde, luego el 3… ¿todos sabemos contar, verdad?
Los jugadores deben, por turno, robar (y descartar) una carta o jugar una carta, que solo pueden poner sobre el montoncito que corresponda. Y si se equivocan sufrirán un rayo. Al de tres rayos, o si se acaban las cartas, la partida termina. Pero esto sería un juego muy tonto si no tuviera más que eso, así que el aliciente fundamental es que cada jugador ve todas las cartas excepto las suyas, de modo que debe descartar o jugar cartas si verlas.
Claro, así sería excesivamente difícil, y por eso está la tercera y más importante acción que un jugador puede llevar a cabo en su turno, que es la de dar información. Podemos hablar a un jugador sobre sus cartas (que nosotros sí vemos), para darle pistas de cómo jugar. Eso sí, solo se puede dar información sobre el color o sobre el número (nunca de las dos), y la información debe ser completa. Por ejemplo, si un jugador tiene 3 azul, 3 verde, 2 rojo y 1 rojo, podemos decirle “esta y esta son treses”, “esta es verde” o “estas y esta son rojas”, y no “esta es roja”, pues estaríamos dando la información a medias.
Hay que saber qué información se da, y cuando se recibe la información, hay que saber interpretarla. En el ejemplo de arriba, es posible que si la partida acaba de empezar, digamos “esta es un 1”, para que intuya que debería jugarla.
Y es importante dosificar bien la información, dado que es limitado el número de veces que podemos hacer esto. El límite vendrá dado por unas fichas de pergamino, y cada vez que hagamos uso de la acción de informar, gastaremos uno. Se pueden recuperar completando montoncitos o descartando cartas. Pero hay que ser muy cuidadoso a la hora de descartar, puesto que las cartas que se descartan ya no vuelven, y de la mayoría hay dos copias, pero los cincos… solo uno de cada color.
Y básicamente eso es el juego. Sencillo (que no fácil) pero efectivo y rápido de jugar (raro es que una partida dure más de 20 minutos), y con el toque de ser cooperativo.
Por Jokin